A orillas del Mar Báltico se encuentran Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia, los denominados Países Bálticos. Considerados la Europa “Nororiental”, su cultura (principalmente en Estonia, Letonia y Lituania) está ampliamente influenciada la cultura rusa aunque también hay una fuerte presencia escandinava.
Muchas veces subestimados por su clima frío y sus ciudades con un cierto aire soviético, los Países Bálticos son una interesante opción turística que cuenta con increíbles paisajes naturales. Ademá viajar en caravana nos da la posibilidad de conocerlos de una manera mucho más íntima haciendo de la experiencia vacacional algo diferente.
En esta guía te contaremos como viajar en caravana por Estonia, Letonia y Lituania con consejos sobre los mejores lugares para visitar y así organizar tu recorrido de la manera más efectiva
¿Cómo llegar a los Países Bálticos?
Si tu punto de partida es España, te espera un largo recorrido de 9000 km que puede llevarte cerca de 10 días y consideramos que, si tu objetivo es recorrer los países bálticos con tiempo.
Otra forma de de hacerlo es utilizar otro medio de transporte que te lleve allí y una vez en tu destino utilices el medio de intercambio de caravanas que te ofrece van van swap.
¿Cuál es la mejor época para ir?
Europa nororiental se caracteriza por tener un clima frío casi todo el año. En invierno la temperatura llega a los 20°C bajo cero y la nieve gobierna el paisaje. Los días hostiles pueden hacerse presentes desde la mitad del otoño hasta bien entrada la primavera. Por lo tanto, la recomendación es hacer el viaje durante los meses de verano, ya que las temperaturas son considerablemente más suaves.
Comencemos nuestro viaje…
Estonia
La autovía y la carretera de doble sentido de Estonia es amplia y se encuentra en buen estado lo que permite un viaje en caravana relativamente rápido y fluido para recorrer el territorio. El mayor atractivo turístico del país es su capital, Tallin.
Aquí, por un lado tenemos la ciudad vieja llamada Vanalinn con sus callejuelas adoquinadas y sus edificios de la época medieval. Por otro lado los barrios modernos Kalamaja, Rotermanni y Telliskivi, antiguas zonas industriales totalmente modernizadas.
Bordeando la frontera con Rusia nos encontramos con poblados como Toila, Lhusu, Mustvee, Raja y Kallaste que parecen detenidos en el tiempo, con un aire añejo por sus casitas simples, sus calles sin asfaltar y sus coches antiguos.
Si buscas naturaleza en su máximo esplendor, te recomendamos que conduzcas hasta la Isla de Saaremaa, una porción de tierra en el mar de 2600 km2 de extensión que solo cuenta con una ciudad, Kuressaare de solo 16.000 habitantes. El resto, una basta extensión de paz y tranquilidad natural.
Letonia
Nuestro siguiente destino es este pequeño país de tan solo 1,9 millones de habitantes que hace 30 años formaba parte de la Unión Soviética y aún intenta recuperarse. No obstante su belleza arquitectónica y natural sigue intacta.
A solo 4 horas de la capital de Estonia se encuentra Sigulda en el Valle de Gauja. Tres castillos medievales, asentamientos arqueológicos, un parque de diversiones, un centro de esquí y la posibilidad de hacer senderismo son sus principales atractivos turísticos y por lo tanto, una parada obligada.
A solo una hora nos encontramos con Riga, tal vez la ciudad más importante dentro de los países bálticos. Su centro histórico se combina con la arquitectura Art Noveau y la arquitectura rusa. Todo el conjunto se denomina Vecriga, considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No te vayas de Letonia sin pasar por Jūrmala, la ciudad balneario más grande de los países bálticos que cuenta con una vasta playa de aguas tranquilas de color ambar rodeada de bosques.
Lituania
Terminamos nuestro recorrido visitando Lituania, y qué mejor que hacerlo desde su capital Vilna o Vilnius, la segunda ciudad más poblada de los países bálticos después de Riga. Su estilo arquitectónico en general tiene un aire a la antigua Unión Soviética. No obstante su casco histórico es mucho más atractivo y cuenta con edificios de estilo renacentista, gótico y barroco, varios de ellos Patrimonio de la Humanidad.
A media hora de la capital nos encontramos con el Castillo de Trakai, originalmente construido en el siglo XIV y restaurado en varias etapas, esta belleza medieval se encuentra en una isla rodeada de naturaleza.
No podemos despedirnos de este país sin antes visitar el Istmo de Curlandia. Considerado el “Sahara de Lituania», esta porción de arena de 98 km separa el lago de Curlandia del Mar Báltico y cuenta con un parque natural protegido. Se encuentra en los “1000 sitios que ver antes de morir” así que, sin dudas vale la pena conocer.
Éste es un viaje que merece mucho la pena realizar. Si eres un loco de los viajes en caravana, ponemos a tu alcance como poder llevar a cabo tus vacaciones por estos paises, solo tienes que saber como hacerlo haciendo click aquí.